PREBIÓTICOS Y PROBIÓTICOS: ¿Qué son y para qué sirven?

Existe cierta confusión en la sociedad entre ambos.
PREBIOTICOS

Los alimentos prebióticos están constituidos por moléculas de gran tamaño que forman, en su mayoría, hidratos de carbono que no pueden ser digeridos ni absorbidos antes de llegar al colon. Son sustratos selectivos de uno o varios tipos de bacterias de la flora intestinal con capacidad para modificar favorablemente la composición de la flora colónica, aumentando el crecimiento y/o la actividad metabólica de cepas del grupo de los lactobacilos o de las bifidobacterias. La fibra soluble llega al intestino grueso completamente inalterada y aquí las bacterias colónicas pueden digerirla en mayor o menor medida dependiendo de su estructura, ya que disponen de numerosas enzimas con gran actividad metabólica. Este proceso de digestión tiene lugar en condiciones anaeróbicas, por lo que se denomina fermentación.

Los principales productos de la fermentación de la fibra soluble son ácidos de cadena corta, gases y energía. Los ácidos grasos de cadena corta y los gases son capaces de estimular el crecimiento del número de microorganismos presentes en el colon. Se absorben rápidamente, más del 90%, disminuyendo así la diarrea asociada a la malabsorción de hidratos de carbono.

Las bifidobacterias producen cantidades importantes de ácido láctico que disminuye el pH colónico, controlan el crecimiento de bacterias nocivas, ayudan a seleccionar el amonio tóxico y sintetizan vitaminas, principalmente las del grupo B.

Algunos minerales pueden formar compuestos insolubles con elementos constitutivos de la fibra, como, por ejemplo, los fitatos de los cereales, los tanatos de las espinacas, las alubias, las lentejas… Pero la actividad de estas bacterias libera estos minerales en el colon, donde pueden ser absorbidos en cantidades notables.

PROBIÓTICOS

Los alimentos probióticos contienen bacterias vivas en el momento de la ingestión. Su consumo regular se asocia a diversos efectos beneficiosos para la salud, ya que mejoran el equilibrio del ecosistema bacteriano intestinal.

Los microorganismos más utilizados en este tipo de alimentos pertenecen a los géneros Lactobacillus, Streptocuccus y Bifidobacterium, que se incluyen dentro de las bacterias lácticas. Aunque existe una lista más amplia de microorganismos candidatos a ser utilizados como probióticos.