La expresión de un patrón transcriptómico inflamatorio distingue las células endoteliales del tejido adiposo masculinas de las femeninas.
Un equipo científico internacional de la Universidad de York ha determinado que el transcriptoma de las células endoteliales adiposas varía drásticamente entre ratones machos y hembras expuestos a una dieta obesogénica. Mientras que los genes activos en las hembras estaban relacionados con la proliferación, la fosforilación oxidativa y la remodelación de la cromatina, los relacionados con la inflamación y la senescencia celular se activaban predominantemente en los machos. Las mismas diferencias se observaron en células envejecidas o cultivadas. En este último caso, el potencial inflamatorio de las células derivadas de los machos era incluso mayor, con una mayor expresión de la citocina proinflamatoria TNF-alfa, tanto en condiciones basales como en respuesta a estímulos inflamatorios. Los hallazgos indican que las células endoteliales femeninas conservan su capacidad angiogénica, expandiendo la vasculatura y asegurando el suministro al tejido adiposo en crecimiento. Este proceso parece ser completamente autónomo, ya que los científicos no encontraron diferencias en los niveles de expresión de los factores de crecimiento vascular.
Tara Haas, investigadora de la Universidad de York que dirigió el estudio, afirma que los resultados concuerdan con los de estudios anteriores en los que células endoteliales cultivadas derivadas de hembras mostraron mayor resistencia que las de machos a múltiples tipos de estrés celular, como la privación de nutrientes, la hiperoxia y las fuerzas de cizallamiento. Haas concluye que la dieta rica en grasas y el envejecimiento tienen un efecto más desfavorable en las células endoteliales masculinas que en las femeninas. L.D.B. /M.T.T. (SyM)